Arriesgando la pérdida de unos cuantos puntos y jugando con la suerte de que no me viera la policía y me multara, tuve que hacer esta foto conduciendo (con el peligro que además esto conlleva), pero son estas las sorpresas que te da la vida de vez en cuando.
El ingenio de algunos creativos hay que aplaudirlo, y a los de Pikolín yo les daría un premio, porque ir en el coche de regreso a casa y que te saquen un sonrisa... a mi, me encanta.
Por favor, haced un zoom para leer TODO el texto...
Esto sí es publicidad chispeante, y para mi, con mucho arte. El riesgo para compartirlo aquí mereció la pena.