sábado, 16 de julio de 2011

EL PRINCIPITO by Anika

Tengo un "pensamiento" en mi habitación de Lo Pagán que dice: "CREATIVIDAD es imaginar algo y hacerlo realidad"... y ya me quedo sin palabras para describir a mi prima Ana. Solamente os diré que la pared de la habitación de Pablo se ha quedado PRECIOSA y es que la gente que se esfuerza por hacer realidad los sueños de los demás son simplemente GENIALES. Y así de genial es mi prima, que seguramente le dijo su sobrino que quería el universo... y así se lo ha dibujado para él.Ésto sí que es ARTE. (y punto)


Como veréis, fuí a corroborar que lo que mi tío Juando me mandó como foto a través del móvil no era un sueño... era el Mundo de Pablo... jejejeje
Y aquí estoy con los dos granujas, en la habitación que, como él mismo dice, "le gusta mogollón".









Y para ambientar estas fotos, copio y pego un trocito de este gran libro que es EL PRINCIPITO y que al menos una vez en la vida tendríamos que leerlo todos. Os lo aconsejo...


… “sobre el planeta del Principito hubo siempre flores simples que ni ocupaban lugar, ni molestaban a nadie. Aparecían y desaparecían. Pero un día apareció una briznilla que no se parecía a las otras, el tiempo y el cuidado que se tomó antes de hacer su primera aparición despertó en el Principito una expectación enorme. Era conmovedoramente bella, la cuidaba, regaba y abrigaba en las noches frías.

Un día el Principito marchó de viaje a otros planetas, en uno de ellos, tras haber pasado por multitud de dificultades encontró un camino que le condujo hasta un jardín de rosas idénticas a la suya. En ese momento descubrió que su rosa no era única en el universo, sino una rosa más, una rosa ordinaria. Entonces cayó en la cuenta de que con una rosa ordinaria y tres pequeños volcanes (uno quizá extinguido para siempre), no se podía considerar un gran príncipe.

Y, tendido en la hierba, lloró.

Al rato, se dio cuenta de que esas rosas no eran iguales a la suya y les dijo:

- No son nada, ni en nada se parecen a mi rosa. Son muy bellas, pero están vacías y nadie daría la vida por ustedes. Cualquiera que las vea podrá creer indudablemente que mi rosa es igual que cualquiera de ustedes. Pero ella se sabe más importante que todas, porque yo la he regado, porque ha sido a ella a la que abrigué con el fanal, porque yo le maté los gusanos (salvo dos o tres que se hicieron mariposas ) y es a ella a la que yo he oído quejarse, alabarse y algunas veces hasta callarse. Porque es mi rosa, en fin.

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